Mercedes Neuschäfer – Carlón (Entrevista)

ENTREVISTA REALIZADA POR JUAN JOSÉ LAGE PARA LA REVISTA PLATERO, nº 194, enero – febrero, 2014

Aunque nacida en Oviedo con el nombre de Mercedes Carlón Sánchez, hubo de tomar, tras su matrimonio en 1958, el apellido Neuschäfer de su marido alemán. Bachillerato en el Instituto de Jovellanos de Gijón. En la universidad de Oviedo los Comunes de la carrera de Letras y la especialidad de Lenguas Modernas en la de Madrid, licenciándose en 1957. Título de Magisterio. Oviedo 1972. Docente en la universidad de Gießen. Vive en Alemania. Basadas en una narración suya y en un capítulo de su novela «La acera rota» ha realizado la televisión estatal alemana ZDF dos películas juveniles: ‘Río de Oro, der goldene Fluß’ y ‘Der Apfel'( La manzana). También esta misma cadena hizo un film sobre ella y su obra. Premio AMADE (asociación mundial de amigos de los niños). Finalista del Premio LAZARILLO, Lista de Honor de la C.C.E.I. Algunos de sus libros han sido escogidos por la Biblioteca Internacional de la Juventud de Munich como ‘White Ravens’.
1)¿Cómo fueron tus inicios con la lectura y la escritura? ¿Cómo empezaste a leer?
No recuerdo exactamente cómo comencé a leer. Sí me acuerdo del momento en que al ver las letras de un periódico, creí que sería incapaz de descifrar un día todo aquello y que, poco después, me asombraba de que ya sabía leer, antes de ir a la escuela. Sin embargo no fue, creo, un especial mérito mío: mi madre y mis tías eran todas profesoras y maestras… Por cierto en Oviedo hay una calle dedicada a ellas: Calle de las Hermanas Sánchez Tamargo.
También una de ellas dio nombre al Colegio «Elena Sánchez Tamargo» en Pola de Laviana. Tuvo suerte: «El Elena», como se le llama, es un colegio muy acreditado con excelentes profesores. Mi tía/madrina Elena estaría feliz de conocerlo.
2) Cuéntanos algo de tus gustos literarios y de tus lecturas
Leí mucho de niña, todo lo que podía. En aquellos tiempos no había la tentación de la tele. Especialmente me gustaron los libros de Elena Fortún. Más tarde, leí a Julio Verne, a Salgari, a Hector Malot y de ahí pasé a la ‘gran’ literatura: Dostoiewski, Chejov , Unamuno, Galdós, Pío Baroja me interesaron mucho. En poesía: mi preferido es Antonio Machado: con trece años leí sus poesías y me acompañaron mi vida entera. Sé muchísimas de memoria. Hace varios años recité algunas en el palacio de la ciudad donde vivo, acompañada a la guitarra por Pedro Soler. Tuvimos un éxito muy grande. Fue para mí algo muy especial transmitir la emoción que yo toda mi vida he sentido al público alemán. Y como novelista mi autor más querido y admirado es Miguel Delibes.
3) Llevas muchos años en Alemania y suponemos buena conocedora de la LIJ de este país, con mucha tradición en este género (Ende, Hartling, Funke…) ¿Tienes contactos con algunos? ¿Qué autores consideras significativos?
Para mí es la LIJ en lengua alemana la mejor que he conocido. Comienza ya a principios del siglo XIX con los maravillosos cuentos recogidos por los hermanos Grimm: «Los siete cabritillos y el lobo», «Blancanieves»,» La Cenicienta»… que emocionaron mi primera infancia. Aunque más tarde sufrieron fuerte crítica por los antiautoritarios del 68, me siguen gustando. Yo he escrito «Tarde de cuentos», publicados en un álbum de Everest en los que conservando el encanto de los cuentos tradicionales sorprenden ideas más cercanas a la forma de pensar y a la sensibilidad de hoy. No es, por ejemplo, necesariamente bellísima la princesa ni es el príncipe más rico ni el más valiente- con esa valentía temeraria, a veces absurda- el que consigue la deseada princesa.
En la segunda mitad del 19 aparece un autor genial: Wilhelm Busch, considerado también como el creador del comic, con sus historias ilustradas. En 1865 se publica «Max y Moritz», el libro infantil del mayor éxito mundial, que desde generaciones es lectura obligada de todos los niños alemanes. Curiosamente a su aparición los educadores de entonces lo consideraron como un libro subversivo, peligroso para los jóvenes, mientras que los antiautoritarios del 68 lo tacharon de represivo. Y otra historia suya: «Plisch und Plum», publicada en 1881, es aún mejor. Yo he traducido ambas al castellano, junto con varias más, conservando los versos pareados consonantes lo mismo que Busch lo había hecho en alemán.
En 1880 se publica «Heidi , una encantadora historia de la autora suiza alemana Johanna Spiry, que es conocida también en el mundo entero.
En la primera mitad del siglo XX está Erich Kästner, un gran autor de literatura juvenil, que además de gustar a los niños, les hace pensar. Y ya más tarde hay otros autores notables como Ottfried Preussler, Ursula Wölfel, Peter Härtling, Gudrun Pausewang, Barbara Schwindt o Christina Nöstlinger…
Personalmente he conocido y charlado largamente con Preussler, con Schwindt y con Pausewang. Un poco también con Christina Nöstlinger. A Härtling, a quien aprecio también, no he tenido, en cambio, ocasión. He asistido a una lectura de Michael Ende de «La Historia interminable». El aburrimiento de los oyentes fue notable. Varios niños querían irse. Las mamás o las abuelas les hacían quedar. Entonces todavía no era tan conocido ni existía la película que le dio la gran fama. El libro de «La historia interminable» me confesaron unos cuantos chicos que no fueron, en efecto, capaces de terminarla.
4) ¿Tienes contactos con autores españoles? ¿Cuáles te resultan más reseñables? ¿Es la LIJ española suficientemente conocida en Alemania?
No demasiado. He tenido contacto agradable con Seve Calleja que me escribió cuando un libro mío se tradujo al vasco. También he conocido al vallisoletano Ramón García, a Alfredo Gómez Cerdá, a Vallverdú. A todos ellos aprecio. También a Cañizo, a Avelino Hernández y a Menchén. Pero la LIJ española es poco conocida en Alemania. Quien ha sido muy conocida y apreciada, también fuera de España, fue Carmen Bravo- Villasante, gran conocedora de la literatura infantil y juvenil, persona muy culta e inteligente y con un juicio independiente.. Escribió la primera «Historia de la literatura infantil y juvenil», que pronto se tradujo al alemán. Poco antes de morir fue miembro del Jurado del Premio Andersen, que es como el Nobel de la LIJ.
Con Carmen, que quiso ponerse en contacto conmigo, después de haber leído un libro mío presentado al Premio Lazarillo, sí llegué a tener verdadera amistad. Pero cierto es, como digo antes, que nuestra literatura es aquí poco conocida. Yo, sin embargo, tengo tres libros traducidos al alemán y tres álbumes con historias mías que yo misma escribí directamente en alemán. Naturalmente el vivir aquí y poder hablar directamente con las editoriales lo hizo más fácil.
5) De toda tu abundante bibliografía: ¿Qué libro o libros destacarías como más personales y queridos?
Indudablemente destacaría «La acera rota» y también «La primavera no reía» como mis libros más personales y queridos. Sin embargo a todos mis libros los quiero. Son como hijos míos y a los hijos en general se les quiere a todos lo mismo, a unos por una cosa, a otros por otra. Y así me gustan mis novelas policíacas, también mis libros de aventuras, los que tratan problemas del mundo y de los chicos de hoy y me parece que deberían ser más conocidos mis cuentos. El libro mío que más se ha vendido es «Antonio en el país del silencio». Se han vendido casi 100.000 ejemplares para las bibliotecas y colegios de Méjico y se ha editado también en Boston para los estudiantes de español en Estados Unidos.
Ahora me parece que estaría bien que se leyesen en España «Omar y la ciudad escondida», versión algo modernizada de «Berland, la ciudad escondida» y «Veraneo en Santíbal» ambos editados últimamente en la editorial «Palabra» y que creo dicen algo para la situación que muchos españoles ahora están pasando.
6)Para nuestros lectores que aún no conocen tu obra, define tu estilo, tus gustos literarios, tus temas preferidos…..
Mi estilo es sencillo y trato -y parece que consigo- que se lean con gusto, sin aburrimiento. Intento además que su lectura aporte algo a los chicos. Por ejemplo que se conozcan mejor a sí mismo, a los otros, al mundo que les rodea. Y que, en cierto modo, les libere de sus miedos, de sus preocupaciones…
7) ¿Reformarías algún libro tuyo de los ya publicados?
En verdad no reformaría ningún libro de los ya publicados. Mis ideas siguen siendo las mismas. Sólo, eso sí, en una posible nueva edición de «La acera rota»- que ha sido considerada como mi mejor novela – pondría los nombres reales de los lugares en que se desarrolla. En Oviedo aparecería la calle Uría; la calle Principado; la de San Bernabé; la de San Francisco; la calle Fruela, la «Ciudad Jardín»: el monte Naranco..

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8) ¿Qué cualidades crees debe tener para ti un buen libro infantil o juvenil?
Que esté bien escrito, adaptando su lenguaje y su tema a la edad a que va dirigido. Que no aburra al chico, que la lea con gusto e interés hasta el final. Y que deje algo en su recuerdo.
9) En España, el índice de lectores no acaba de despegar y la LIJ sigue siendo la «literatura invisible»: ¿qué crees se podría hacer a favor del fomento de la lectura?
Que los buenos libros se pongan al alcance de los chicos sea en su casa, sea en las escuelas y bibliotecas. Que los padres y educadores los busquen y no se dejen llevar por la propaganda. El verdadero éxito de un libro debería ser, como antes dije, que se lea con interés y que quede de él un buen recuerdo para siempre. Los libros así son los que hacen lectores, no los que a base de una ingente publicidad y promoción llegan a tener una gran venta.