Juan José Lage y la Revista Platero. Treinta años de idilio

vía: BIBLIOASTURIAS.COM

Consiguió que un boletín de ocho páginas hecho a mano que se repartía entre los profesores de un colegio se convirtiese en una de las revistas señeras de Literatura Infantil y Juvenil en español, con más de 2.000 ejemplares de tirada, cinco números al año y distribución nacional e internacional. Juan José Lage lleva treinta años al frente de Platero, revista que en 2007 obtuvo dos importantes galardones en reconocimiento a su trayectoria: el Premio Nacional al Fomento de la lectura del Ministerio de Cultura y el Premio Platero de la OEPLI. Monográficos sobre Dickens, Ende, Andersen o Poe, entrevistas a autores de la talla de María Gripe, Peter Hartling o Jordi Sierra i Fabra… Platero ha sido durante todos estos años un compendio de los libros que merecen la pena leer a los diez años y son dignos de leerse a los cincuenta. Su director y fundador, Juan José Lage, autor de Diccionario histórico de la Literatura infantil y Juvenil contemporánea y Antología de cuentos y algunos poemas con propuestas didácticas, recomienda que ningún niño se pierda los libros de Arnold Lobel, Roald Dahl y Cristina Nostlinger, y asegura que en las bibliotecas escolares “todo está sin hacer”.

 

 

Hay una frase de Dickens en la que Juan José Lage siempre creyó: “Habría sido incapaz de realizar lo que he realizado sin los hábitos de puntualidad, orden y diligencia”. Y así, británicamente, fue como se puso manos a la obra.En 1980 lo destinaron al Colegio Público P. de Infiesto, donde se hizo cargo de la biblioteca, que por entonces no era más que un destartalado almacén donde se amontonaban sin orden ni concierto los escasos libros disponibles, buena parte de ellos en estado lamentable de conservación. Entre los muchos objetivos propuestos para dinamizarla, uno de ellos era el de crear un Boletín o Revista de biblioteca que informara puntualmente a los docentes de temas relacionados con la Biblioteca, principalmente reseñas y comentarios de libros, intentando implicarles, despertarles las sensibilidades dormidas. Sus objetivos eran los de informar sobre autores, temas y libros de la entonces todavía incipiente Literatura infantil y juvenil, fomentar hábitos lectores, mentalizar sobre la importancia de la Biblioteca escolar como fuente de aprendizaje, incitar a la participación…Para crearla, Juan José Lage se inspiró en Atiza, revista hoy desaparecida, que fue la primera de España dedicada al tema de la LIJ y la Animación a la Lectura. “Se creó en Guadalajara y por entonces yo empezaba a iniciarme en estos temas y me sirvió de estimulo, pues la recibía puntualmente todos los meses y reconozco que me causó impresión y me animó a crear una parecida, tomando sus moldes” explica el autor de Antología de cuentos y algunos poemas con propuestas didácticas.

El Boletín informativo de la Biblioteca apareció en noviembre de 1985, con ocho páginas hechas a mano. El folleto se repartía entre los cuarenta profesores del centro. Luego empezó a crecer, merced a subvenciones, y entonces su distribución se amplió, se comenzó a distribuir en todos los Centros educativos de Asturias con 7 números al año, por lo que Lage decidió buscarle un nombre propicio, cosa que no resultó una tarea fácil.“Pensé en varios, pero por entonces había hecho en el Centro una exposición sobre Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez, y consideré adecuado el nombre para una revista dedicada a la Literatura infantil y juvenil”.

El secreto está en la constancia, en ser persistente y cabezón, en creer en lo que haces, en ser apasionado, en ponerte un reto y ser capaz de superarlo”

Y así fue creciendo poco a poco, aumentando tanto el número de colaboradores como la financiación a través de la publicidad, especialmente la aportación de Cajastur, y su distribución ya a nivel nacional e internacional.

En junio de 2012 apareció el número 186, superando ya los dos mil ejemplares de tirada y cinco números anuales, lo que supone todo un record en el ranking de las revistas culturales españolas, si tenemos en cuenta dos valores: su carácter gratuito y su permanencia ininterrumpida desde su aparición. “El secreto está en la constancia, en ser persistente y cabezón, en creer en lo que haces, en ser apasionado, en ponerte un reto y ser capaz de superarlo” explica el fundador y director de Platero. “Esto por un lado. Por otro lado, en mantenerla independiente y libre de tendencias políticas, de manipulaciones, de personalismos… Si mimas a Platero, si le das bien de comer, lo cuidas, le llevas por buen camino, lo apartas de malas compañías, pues posiblemente entonces llegará a centenario. Platero es el hijo al que vi nacer y por ello, nunca lo dejaré abandonado. Siempre vivirá conmigo”.

Entrevistando a Gripe, monografiando a Dickens

Las revistas de Literatura, y especialmente las de Literatura infantil y juvenil, suelen tener más ojeadores que lectores, por eso en Platero casi siempre tiran monográficos de fácil lectura, con contenidos asequibles. Han editado monográficos especiales dedicados a diferentes eventos: el número 98 dedicado a conmemorar los 300 años de Caperucita Roja; o los números especiales dedicados a autores como Stevenson, Gianni Rodari o Michael Ende. Sin contar los numerosos números que tienen como referente las bibliotecas escolares o la animación a la lectura.

“Creo que uno de los mejores monográficos es uno de los últimos, el número 187, de septiembre-octubre de 2012, monográfico especial dedicado a Dickens, mi autor preferido, que supuso dos años de lecturas e investigaciones y dedicado a conmemorar los 200 años de su nacimiento”. El director de la revista también destaca los dos números dedicados a conmemorar el bicentenario del nacimiento de Andersen y los Allan Poe, y Roald Dahl, uno de sus autores favoritos.

En la revista número 17 de octubre de 1987 se hizo por primera vez una entrevista a un autor extranjero: se trata del alemán James Krüss, que fue Premio Andersen en 1968. A ésta le siguieron otras entrevistas de gran categoría: a la sueca María Gripe, al noruego Tormod Haugen, al alemán James Krüss (todos ellos Premios Andersen), al también alemán Peter Hartling…. o a los españoles Jordi Sierra i Fabra, Agustín Fernández Paz, Monserrat del Amo, Marisa López Soria, Fina Casalderrey… “Recuerdo con mucho cariño la primera entrevista que se publicó en el número 1, y que hice cuando todavía estaba en la mili en Segovia, tras haber comprado en una librería de segunda mano el libro Marcelino Pan y Vino” explica Lage. “La entrevista fue a su autor, José María Sánchez-Silva, que tuvo la amabilidad de recibirme en su casa de Madrid y me dedicó un libro que guardo con especial cariño y que llevaba la siguiente dedicatoria: a mi cordial incordiante”.

Un niño se hace lector cuando un libro despierte en él sus sensibilidades dormidas, cuando una lectura le deje inquieto y desconcertado. Todo lo demás es folclore en torno al libro”

El premio a la constancia, a la perseverancia y al interés demostrado a los largo de 30 años llegó en 2007 al obtener dos importantes galardones en reconocimiento a su trayectoria: el Premio Nacional al Fomento de la lectura del Ministerio de Cultura y el Premio Platero de la OEPLI. “Fue gran estimulo, y supongo que un mazazo para los que la ningunearon, para los listillos que la miraban por encima del hombro, que no le daban ninguna importancia” explica Lage.

Una biblioteca no es un almacén de libros

Decía Pedro Salinas que la animación a la lectura está dentro de los libros y no fuera, como muchos piensan. Para Juan José Lage es una de las premisas fundamentales. “Un niño se hace lector cuando un libro despierte en él sus sensibilidades dormidas, cuando una lectura le deje inquieto y desconcertado. Todo lo demás es folclore en torno al libro. En los últimos años, el concepto de Animación a la Lectura se ha desvirtuado y parece que todo es animar: desde cubrir unas fichas con determinadas preguntas, hasta un concurso de dibujo o plastilina”.

Lage alienta a los bibliotecarios escolares para que no se desanimen, pues posiblemente las zancadillas sean muchas. Para el director de Platero, el reto más importante sería conseguir que existiera la figura del bibliotecario escolar “con un perfil profesional, y hacerle frente el resto de retos, que son múltiples y constantes”. El primero de ellos es funcionar digna y eficazmente con los fondos adecuados. “Una biblioteca no es un almacén de libros y por ello el segundo reto será, una vez que se sepa gestionarla con rigor, dinamizarla y poner los fondos al alcance de los usuarios. Conseguir unos presupuestos coherentes sería otro reto e implicar a todo el profesorado otro más. Incluso a veces, saber enfrentarse a las miradas de soslayo o a la indiferencia del resto de compañeros. Todo está sin hacer en las bibliotecas escolares pese a la parafernalia de los últimos años. De la burbuja bibliotecaria hemos pasado a los desahucios bibliotecarios“.

En los últimos años, el concepto de Animación a la Lectura se ha desvirtuado y parece que todo es animar: desde cubrir unas fichas con determinadas preguntas, hasta un concurso de dibujo o plastilina“

Después de llevar 35 implicado en este mundo, el fundador de Platero asegura que no ha visto nada coherente, salvo las excepciones de personalidades que han consagrado su vida profesional a ponerlas en funcionamiento. Hace poco leyó una entrevista en el semanario Escuela donde se afirmaba que lo primero que te enseñaban en Finlandia al visitar un Colegio era la Biblioteca. “Aquí estoy seguro que sería lo último que te enseñarían, si es que pueden enseñarla” afirma Lage.

¿Existe un boom de la Literatura Infantil y Juvenil?

Un clásico, según Italo Calvino, es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir. Y en la lista de los clásicos, los libros infantiles y juveniles se llevan la palma, son los más recordados. “Un buen libro infantil es aquel que pueden leer tanto un joven como un adulto sin caerse de las manos” comenta el autor de Diccionario histórico de la Literatura infantil y Juvenil contemporánea. “Los buenos libros nunca pasan de moda, siempre tienen algo que decirnos y el buen lector es el que lee de manera indiscriminada, sin encasillarse”.

Juan José Lage opina que, pese al boom de los últimos años, la literatura para jóvenes sigue siendo la gran desconocida y la gran olvidada. “Craso error, puesto que así no llegaremos a consolidar lectores para el futuro”. El director de Platero considera que la LIJ está atravesando una gran etapa sólo a medias. En lo comercial, está supliendo la caída en las ventas de libros para adultos y ello se debe principalmente a que los Colegios siguen comprando libros, Roald Dahl, uno de los escritores favoritos de Juan José Lage, escribió en Danny, el campeón del mundo: “cuando seáis mayores, por favor, no olvidéis que los niños quieren y merecen unos padres que sean centelleantes”. Así, los niños también necesitan bibliotecarios escolares centellantes como Juan José Lage, inquietos, soñadores, ilusionados, que no se dejan llevar por la rutina y que logran trasmitir la curiosidad por lo que contienen esos libros cerrados, aunque a veces “de manera indiscriminada, sin criterios claros, dejándose llevar por las modas y la publicidad”.

También es cierto que actualmente en España hay un plantel de grandes escritores vocacionales dedicados por entero a la LIJ, e incluso escritores con prestigio en el mundo adulto ya escribe sin complejos para niños y jóvenes. “Ahora bien: si hablamos de la presencia de la misma en los medios de comunicación, sigue siendo la invisible, la gran ausente” explica Lage. “Y si hablamos de lectores consolidados, no espontáneos o influidos por el marketing (los lectores anclados en una temática de moda y que no evolucionan hacia lecturas más complejas, por ejemplo) tengo mis dudas, pues la ausencia de bibliotecas escolares o el aún escaso índice de lectores adultos en nuestro país, conspira contra el dicho de gran etapa”.

Roald Dahl, uno de los escritores favoritos de Juan José Lage, escribió en Danny, el campeón del mundo: “cuando seáis mayores, por favor, no olvidéis que los niños quieren y merecen unos padres que sean centelleantes”. Así, los niños también necesitan bibliotecarios escolares centellantes como Juan José Lage, inquietos, soñadores, ilusionados, que no se dejan llevar por la rutina y que logran trasmitir la curiosidad por lo que contienen esos libros cerrados.

(28 de noviembre de 2012)